El año 2022 vimos como la inteligencia artificial parecía estar en todos lados, y es cierto, porque ya en este punto ha invadido lo cotidiano.
La IA está presente en nuestras vidas de todas las formas posibles: desde que desbloqueamos el celular con reconocimiento facial hasta cuando llenamos un carrito de compra en alguna tienda online.
Incluso fue seleccionada como la palabra del año 2022 por la RAE (aunque sean dos).
Aún así debemos admitir que el término es usado de forma desmedida, y muchas veces queremos llamarle IA a cosas que no lo son ni de cerca.
Pero los avances en esta materia han sido utilizados en todo tipo de sectores, especialmente durante el 2022, por lo que se espera que este año siga creciendo.
El área de la ciencia, la medicina, informática, negocios y muchas otras se han ido sumando.
Pero durante el año pasado se vivió un avance más notorio, debido a su relevancia en redes sociales y donde la inteligencia artificial se vuelve de uso común, muchas veces con fines de entretención.
Las IA que causan furor en redes sociales hacen uso de recursos audiovisuales, sin limitarse sólo a texto como solían hacerlo las más tradicionales.
La primera en tener relevancia mundial fue DALL-E, programa de inteligencia artificial con el que los usuarios pueden crear imágenes a partir de descripciones de texto.
Así, la gente se divertía creando cualquier tipo de ilustración. Incluso las más extrañas e inimaginables que dieron paso a una serie de memes y facilitaron la fama de la plataforma.
Se advierte según distintos estudios, que estas tecnologías seguirán creciendo en 2023, sumándose a la popularidad del metaverso o las super apps.
Tomarán mayor relevancia las IA’s adaptativas por sobre las generativas.
Las adaptativas son capaces de aprender a partir de la retroalimentación en tiempo real, por lo que su modelo va cambiando constantemente.
Por otro lado, las generativas generan contenido y nuevas creaciones innovadoras. Por ejemplo crear una canción, imágenes o videos.
También se verá potenciada la creación de plataformas no-code AI, que estarán pensadas para que usuarios no expertos integren esta tecnología en soluciones de diverso tipo.
Esta revolución ha alimentado un optimismo que puede llegar a ser contraproducente.
La ley de Amara es un principio que advierte esto: “la tendencia a sobrevalorar impactos futuros hipotéticos de la tecnología y a infravalorar impactos inmediatos”.
Como cualquier otra tecnología, esta significa variados riesgos que aún son difíciles de ver.
Por lo mismo, se dice que el 2023 no solo será prolifero para las IA, sino que también de su regulación.
La propia Comisión Europea lo entiende igual y presentó en 2021 un borrador para su Reglamento de la IA.
Este reglamento posiblemente recibirá el visto bueno a lo largo de este 2023.
Esto regularía por ejemplo, el uso de sistemas de reconocimiento facial en tiempo real en espacios públicos.
Por otro lado, un reglamento por sí solo no soluciona nada.
A menos que exista una conciencia previa tanto en la ciudadanía como en el sector productivo de estas tecnologías.
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